jueves, 30 de julio de 2009

otro capitulo =D

Opciones

Aunque ya sabía como era el hospital y como nos recibirían, me sentía muy nerviosa al ir caminando por el largo pasillo y viendo a todas esas personas que miraban a ningún lado. Por fin llegamos al final del pasillo y un hombre ya viejo nos dejo pasar. La habitación era pequeña, blanca, con una mesa en un rincón y dos sillas frente a ella; en el otro extremo había una camilla y por encima de esta se encontraba una pequeña ventana. El hombre nos hizo un gesto con la mano para que nos sentáramos y mi padre me cedió su asiento.

-Y bien- comenzó el hombre- ¿de qué se trata?

Mantenía la sonrisa en su cara, dudaba de que siguiera así por mucho tiempo. Ninguno de mis padres habló, se miraban temerosamente tal vez arrepentidos de haber tomado una decisión precipitada. Para no hacer mas largo el momento le di al doctor mis propios informes:

-Bueno, pues se trata de mí.

-¿Y qué es lo que te sucede?

-Pues, digamos que tengo, una habilidad, para... bueno... algo así como... ver el futuro.

Tal como lo esperaba, su sonrisa se desvaneció.

-Así que, te gusta inventar cosas para llamar la atención de tus padres.

-No, doctor, ella... pues es cierto- le dijo mi padre ceñudo. Mi madre permanecía callada sin hacer nada más que mirar de un rostro a otro.

El doctor comenzó a reír.

-Es que eso no es posible... sabe no debería alentar las mentiras de su hija.

-Yo no miento- dije con determinación, no me gustó que se riera de mi condición.

-Bueno si es cierto lo que dices ¿por que no lo pruebas?- me retó.

Lo miré un instante y luego accedí. Me concentré y respondí casi enseguida:

-En un instante vendrán a buscarlo porque uno de sus pacientes se descontrolará un poco.

El hombre levantó la ceja y sonrió incrédulamente, pero justo en ese momento alguien tocó a la puerta. La mueca del doctor cambió a una de sospecha y no me quitó la vista de encima. Le devolví la mirada.

-Pasé- dijo.

Entró una mujer de edad con rostro preocupado.

-Doctor tenemos un problema con uno de sus pacientes, necesitamos que venga.

-Enseguida- respondió mientras se levantaba y me miraba con ojos asustados...

-No creo que haya sido una buena idea- dije a mis padres cuando el doctor había salido de la habitación.

-Tienes que comprender que no es algo con lo que trabajen los doctores todos los días y por lo mismo es difícil de creer- respondió mi padre.

-Pues entonces quiero ver de dónde sacarán la cura...

Un rato después regresó el doctor, parecía aun impresionado y no dijo nada, entonces mi padre intervino:

-¿Y entonces? ¿Qué es lo que pasa?

-Realmente no sabría decirle- respondió en tono de burla- no recibimos este tipo de casos todos los días... sería cuestión de tenerla en observación- su tono se hizo serio- intentar con algunos medicamentos, probablemente se trate de algún tipo de alucinaciones...

-No son alucinaciones- me defendí, estaba segura de eso.

-No estamos seguros, me parece que lo mejor será que te quedes por aquí un tiempo y veamos como va evolucionando todo.

-¿Cuánto tiempo sería?- preguntó mi madre preocupada.

-El necesario, al menos para saber de qué se trata y encontrar una manera de erradicarlo.

-¿Y cuando la recibirían?

-Hoy mismo si están de acuerdo.

Mi corazón se detuvo, claro que no estaba de acuerdo. No podía permitir que eso pasara, ese tipo no sabía de qué hablaba. Debía convencer a mis padres de ir a ver a alguien mas, alguien que si estuviera preparado. Ellos no podían estar de acuerdo... pero para mi desgracia mi padre me demostró lo contrario:

-Muy bien, solo le pido lo que resta del día para preparar sus cosas y pues despedirnos.

-Papá, no puedes decirlo en serio...

-Alice es por tu bien- mi madre trataba de controlar las lágrimas

-Pero... no quiero... yo quiero estar con ustedes... debe haber otra manera...

-Como ya dije no sabemos mucho del tema, en cualquier lugar te dirán lo mismo y me atrevo a suponer que quieren involucrar a la menor gente posible ¿no es así?

Pero nadie respondió.

Mi madre me ayudó a hacer las maletas cuando estábamos en la casa. Yo no paraba de llorar y seguía tratando de convencerlos de que no lo hicieran... pero era inútil. Lo único que podía ver en mi futuro era un cuarto totalmente blanco con una pequeña cama donde pasaría mis días indefinidamente... y no veía ninguna mejoría en mi, ni tampoco visitas de mis padres.

En el camino de regreso al hospital intenté persuadir a mis padres contándoles todo lo que había estado viendo desde el momento en que había accedido a abandonarme en ese lugar pero no obtenía más que las mismas respuestas:

“Alice, ya basta. Sabemos que no quieres estar ahí pero no es para que inventes cosas.” “Ya déjalo, Alice. Solo recuerda que es por tu bien y nada más” “Verás que el tiempo se pasa muy rápido y pronto estarás de nuevo con nosotros...”

Pero yo no estaba tan segura... no podía verme de nuevo junto a ellos...

martes, 28 de julio de 2009

Nuevo Capítulo =D... xfin o.O

La decisión

Pasaron los días y el progreso que todos esperábamos no llegó. Al contrario: parecía que las visiones estaban decididas a hacerse presentes y yo por supuesto no podía hacer nada para detenerlas. Lo peor del caso era que mi madre se había dado cuenta y la satisfacción que había sentido el primer día se desvaneció. Aunque nunca me reclamó o me dijo algo, pero cuando dejo de dudarlo pude ver como se lo decía a mi padre en cuanto cruzaba la puerta.

Me sentía muy mal por eso. De verdad quería hacer felices a mis padres pero no podía, y lo peor de todo, no quería. Las visiones me hacían sentir segura, me había acostumbrado y no podía entender como algo que formaba parte de mi les afectara tanto. Ya sabía que no era normal pero seguía sin ver lo malo del asunto.

Aunque no me quedaba nada más que esperar a la decisión que tomaría mi padre al enterarse. Sería pronto, el viaje había salido mejor de lo que él tenía planeado y volvía 2 días antes. Eso era bueno, no podía lidiar con la incertidumbre.

Había llegado el día, me sentía nerviosa y al mismo tiempo trataba de convencerme de que no había razón para sentirme así.

Mi padre llegó un momento antes de la cena. Decidí darle espacio a mi madre para que le diera la noticia a solas. Desde la cocina alcance a escuchar su conversación:

-Al principio iba muy bien,- le informaba mi madre- pero no duro mucho, un poco después podía darme cuenta de que sucedía. Nunca lo admitió pero tampoco se lo pregunté. Y ya vimos que la idea no funcionó, debemos pensar en algo más

-¿Pero estas segura?

-¡Claro que estoy segura! Lo vi, ¿quieres preguntárselo tu mismo?

Pero mi padre no contestó, solo escuché los pasos acercándose.

-¡Hola, cielo! ¿Cómo estás?

-¡Hola, Papá! ¿Que tal tu viaje?- le respondí.

-Muy bien, gracias. ¿Qué tal esa tarea que te dí?

-Hago lo que puedo papá- dije con voz triste, esperaba que sonara mas convincente.

-No lo dudo, pero al parecer no mejoró ¿cierto?

Negué con la cabeza. Mi padre solo suspiró.

-Bueno, creo que tendremos que ver que más podemos hacer…

-¿Por qué no lo dejamos así?- dije aunque ya conocía la respuesta- Quiero decir…

Mi madre me miro severa:

-Alice, ya hablamos de esto.

-Lo se, pero es que…

-No, encontraremos una solución, ya verás.

Cuando terminó la cena me preparé para dormir, pero no podía, quería saber que decidirían mis padres. Después de un largo rato me di cuenta de que esperar era inútil y me quedé dormida…

Nos encontrábamos en un gran edificio, estábamos mi padre, mi madre y yo. Una mujer sonreía y nos permitía pasar, nos conducía a través de un largo pasillo con muchas puertas, detrás de ellas había personas, parecían muy enfermas, tenían la mirada perdida, como si no supieran que hacían en ese lugar y entonces alguien me llamó…

-Alice, ya es tarde- mi madre intentaba despertarme.

-¿Qué?- le respondí medio confundida

-Ya pasa del medio día, ¿que no te piensas levantar? ¿Te sientes bien?

-Pues si, ¿medio día? Tuve una mala noche y un mal sueño…

-Arréglate; tu papá y yo queremos hablar contigo.

-Está bien.

Salí de mi habitación y me dirigí a la sala. Si ya era tan tarde no habría nadie en la cocina.

-Buenos días- saludé

-Buenos días- me respondieron todos aunque solo Cynthia sonreía.

Mis padres se miraron preguntándose si deberían dar una pequeña introducción al tema, entonces mi padre decidió ir directo al grano:

-Tu madre y yo estuvimos pensando que mas podíamos hacer con, ya sabes, tu mmm condición…- y en ese momento recordé mi sueño y lo entendí.

-¿Y vamos a ir a ver un médico cierto?

-Mis padres volvieron a mirarse pero ahora entre molestos y aliviados de no haber tenido que dar la noticia ellos mismos.

-Así es, creemos que tal vez pueda existir una cura y que no este en nuestras manos, a lo mejor es más común de lo que pensamos y no tan difícil de combatir…- asentí

-¿Y vamos hoy cierto?

-Cuanto mas rápido sea mejor ¿no lo crees?

-Si, si eso es lo que creen.

-Te pondrás bien, hermanita- intervino Cynthia- vas a ver que si.

-Eso espero- dije no muy convencida.

lunes, 13 de julio de 2009

Swansea club oficial!!


wii
somos club oficial!! *.*
todo gracias a ♥ saии.bёrry ♥ Sωaиsёa ♥!! que le mando el correo a Seth, el hermano de Stephenie y ahora estamos en la lista de fansites!! http://stepheniemeyer.com/ts_fansites.html
=D
y segumos creciendo
^^

sábado, 11 de julio de 2009

Tercer capitulo!

Posible solución

Regresamos a casa más pronto que de costumbre. Y mis padres no mostraban una mejoría en su estado de ánimo.

Papá tenía que salir de viaje al día siguiente por negocios y mi mamá lo ayudó a preparar todo lo necesario. Cynthia se había ido directo a su cuarto pues había llegado muy cansada de estar saltando de un lado a otro por todo el parque, al parecer fue la única que había disfrutado del paseo.

La casa estaba en silencio, sólo se escuchaban los susurros de mis padres desde su habitación. De pronto oí mi nombre y me acerqué hasta la puerta para escuchar más.

-Pero, ¿Qué vamos a hacer?- preguntaba mi madre.

-Aún no lo se.

-Es que no lo podemos dejar pasar

-Estoy de acuerdo contigo, pero no se me ocurre nada que podamos hacer.

-¡Pero debemos hacer algo!

-Mira, dejémoslo así en lo que vuelvo del viaje, quizá para entonces ya no suceda.

-Pues ha pasado ya un tiempo desde la primera vez que sucedió y no veo que la situación mejore.

-Tal vez si hablamos con ella y le pedimos que intente controlarse…

-Bueno creo que podemos intentarlo, por el momento.

Escuché pasos y decidí que era hora de alejarme.

Llegué a la sala tan rápido como pude temerosa de que me hubieran visto o escuchado pero cuando entraron me sonrieron y no dijeron nada, mi madre se fue directo a la cocina y mi padre se sentó a mi lado a leer el diario… y entonces vi que hablaríamos durante la cena.

Mientras llegaba la hora me quedé pensando en su petición.

La realidad era que nunca había intentado deshacerme de mis visiones pero dudaba que eso funcionara. Además, no podía negar que me empezaba a acostumbrar a ellas y también me agradaban; me gustaba estar enterada de lo que sucedía.

Aunque, si acabar con ellas aseguraba que mis padres dejaran de verme con esa “mirada” bien valía el intento.

Cuando me di cuenta mi madre ya nos estaba llamando para cenar.

Durante un momento creí que habían olvidado su plan, nadie decía nada pero en ese momento mi padre habló:

-Alice, tu madre y yo tenemos una petición…

-Ya se- le respondí- quieren que intente deshacerme de mis visiones.

-Pues si, se trata de eso- intervino mi madre- y tal vez deberías empezar desde ahora.

-Lo haré- les respondí con una sonrisa- haré lo posible por acabar con ellas.

Era exactamente lo que querían oír, enseguida la plática se desató como había sido siempre, como si mi “problema” nunca hubiera existido.

Un rato después mi padre decidió que era hora de ir a la cama

-Bueno, creo que debo despedirme de mis dos hermosas hijas.

-¿Ya te vas?- preguntó Cynthia tristemente.

-No, pero salgo en la mañana muy temprano y no quería despertarlas.

-Tendrás un buen viaje papá- dije muy segura, lo había visto- quiero decir, que tengas un buen viaje- corroboré deseando que no se hubiera dado cuenta.

-Gracias, Alice- me respondió con el ceño fruncido, no lo había engañado- quiero ver resultados para cuando este de regreso.

-Si, papá- le respondí menos animada.

Nos dio un beso en la frente a Cyntha y a mí y nos fuimos a nuestros cuartos a prepararnos para dormir.

El día siguiente transcurrió como cualquier otro. Cynthia se la pasó jugando todo el día como de costumbre y mi mamá y yo andábamos de ahí para allá, recogiendo la casa, preparando la comida, bordando, platicando…

Como fue un día tan común y sin ninguna novedad casi no tuve visiones y cuando las tenía procuraba salir discretamente de la vista de mi madre para que no se diera cuenta.

De igual manera hacia lo posible por alejarlas de mi mente pero simplemente no podía, por mas que lo intentaba.

viernes, 3 de julio de 2009

Segundo Capítulo =)

a ver que les parece =D

Una noticia inesperada

Un mes después de que sucediera el primer incidente, mi madre se preocupaba cada vez más. Era imposible que no se diera cuenta cuando sucedían los “sueños”, por lo general estábamos hablando animadamente cuando yo me quedaba en blanco, y por más que le insistía en que estaba bien y no pasaba nada no podía engañarla.

Además de que de vez en cuando tenía que admitir que sucedía.

Durante todos esos días la encontraba mirándome fijamente con preocupación y a la vez con miedo.

Un día estábamos en la cocina preparando la cena, Cynthia estaba en la mesa jugando; mi madre y yo le dábamos la espalda, ella me enseñaba la manera correcta de preparar el platillo favorito de mi padre, cuando todo cambió; Cynthia estaba llorando y tenía una pequeña cortada en el dedo índice…

-¡No!- grité y me di la vuelta inmediatamente justo a tiempo para que mi madre y yo viéramos la mirada inocente de Cynthia a punto de agarrar un cuchillo…

-¿También lo acabas de ver, verdad?- preguntó mamá mientras alejaba el cuchillo del alcance de mi pequeña hermana.

-Si, pero ¿ves mamá? Eso prueba que también puede tratarse de algo bueno…

-¡Cómo dices eso! Si fuera algo bueno, todos podríamos hacerlo. Y tu Cynthia no te quiero volver a ver cerca de un cuchillo ¿entiendes?

Cynthia asintió y salió corriendo con lágrimas en sus ojos.

-Tal vez deberíamos decirle a mi padre…- le sugerí.

-Tal vez deberíamos, hoy hablare con él.

Durante la cena todo estuvo silencioso, mi padre no tenía novedades de su trabajo y yo esperaba que mi madre mencionara los últimos incidentes que habían estado ocurriendo, sin embargo no lo hizo.

Eso me puso nerviosa, cuando las malas noticias de la familia eran informadas por lo general se discutían en privado entre ellos dos, y yo estaba completamente convencida de que no se trataba de una mala noticia en lo absoluto.

Regularmente tenían este tipo de pláticas justo antes de dormir, así que me escabullí de mi cuarto a la hora que había visto que iba a suceder.

-Y entonces sucedió- le decía mi madre con voz preocupada- nos acababa de contar lo que había soñado y llegaste tú, justo como lo había descrito.

-Cariño, eso fue solo una simple coincidencia…

-Es que no es la primera vez que sucede… hoy, cuando preparábamos la cena ocurrió otra vez y te puedo asegurar que ha pasado antes aunque ella no lo admita, me cuesta mucho creer que no te hayas dado cuenta…

-Pues no, no me he dado cuenta y sigo diciendo que son puras coincidencias- mi padre sonaba molesto, una señal de que la conversación había terminado.

Regresé a mi cuarto con un poco de esperanza… tal vez si mi padre viera lo que mi madre ya había presenciado se pusiera de mi lado y ayudara a convencerla de que no había nada malo en ello… si, definitivamente tenía que probárselo, seguramente se sentiría orgulloso de tener una hija especial como yo.

Durante un buen rato me quedé mirando al techo de mi cuarto temerosa por no saber exactamente que le diría a mi padre, ni en qué momento podría hacerlo. Lo más conveniente sería decírselo en privado, así mi madre no podría interferir y tratar de cambiar su posición. Mañana sería sábado, el día del paseo familiar, probablemente sería fácil encontrar un momento oportuno, y en ese momento me quedé profundamente dormida.

Cuando desperté había algo de ruido que venía de la sala, seguramente mi mamá estaba terminando con los preparativos para la salida de hoy, así que con un entusiasmo repentino me levanté y comencé a arreglarme, con más optimismo que el día anterior.

Cuando salí de mi habitación parecía que solo me estaban esperando a mí.

-Ah cariño, que bueno que ya estás lista. Estaba apunto de ir por ti- me dijo mi padre sonriente.

-Si, con tanto ruido no se cómo pude seguir dormida…- le respondí en tono de burla. Mi padre sonrió y solo dijo:

-Bueno, pues ya que estamos listos todos, mejor será que nos vayamos.

El camino hacia el pequeño parque al que acostumbrábamos ir para este tipo de salidas familiares fue tranquilo. Mis padres conversaban acerca de un tío que yo no conocía y que al parecer le estaba yendo muy bien con su nuevo negocio, y Cynthia y yo simplemente admirábamos el paisaje.

Nos acomodamos en una de las orillas del lago, era nuestro lugar favorito y aun no estaba lleno de familias como siempre, eso aumentaba las posibilidades de hablar a solas con mi padre.

Justo como lo esperaba, al poco tiempo de acomodarnos Cynthia le pidió a mi madre la acompañara a cortar unas flores para papá, era mi oportunidad. Apenas se alejaron un poco lo dije:

-Papá, ¿Puedo hablar contigo?

-Claro, Alice. ¿Qué sucede?

Y me concentré para saber que responderle…

-Creo que deberíamos advertirle a mi mamá que Cynthia se va a tropezar con esa piedra- señale una roca que estaba a unos pocos metros de mi hermana pero que era visible- así podríamos evitarlo.

-¿Qué dices?- preguntó mi padre muy confundido.

-Mira- le señalé el lugar y el no dudó en voltear.

Cinco segundos después vimos como Cynthia caía al suelo mientras lloriqueaba y mi madre corría a levantarla. Mi padre regresó su mirada a mí pero no dijo nada así que decidí continuar yo misma la conversación.

-Lo que te dijo ayer mi madre era cierto.

-Si… creo… que… me di cuenta

-He soñado cosas que luego suceden, aunque no las sueño, por que la verdad es que no estoy dormida, pero Cynthia lo dijo así y a mi me pareció que…- pero me callé al ver la expresión de horror de mi padre. No salió como lo había planeado.

-Alice, estas cosas no son normales, hija.

-¡Pero no son malas!- lo contradije

-No, yo no dije que fueran malas, pero simplemente…

Y entonces llegó mi madre

-¿De qué hablan?- exigió

-De nuestra plática de anoche, querida. Alice me acaba de mostrar lo que… hace.

-Tal vez deberíamos hablar de esto en casa- sugirió mi madre, pude ver claramente porque lo hacía: más familias comenzaban a llegar y se acomodaban muy cerca de nosotros y no era algo que a ella le gustaría fuera comentado.

-Si, tienes razón…

Y el resto del paseo permanecimos en silencio, esto no había salido como había pensado, y sentí una horrible decepción al ver que mi padre pensaba de la misma manera que mi madre. ¿Como no había podido ver esto?